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El mercado tecnológico está en auge y, por eso, en la actualidad es el que más oportunidades laborales tiene. Desarrolladores de software, profesionales del campo de la ingeniería robótica, expertos en inteligencia artificial o en ciberseguridad, así como analistas de datos, entre otros, son los puestos más demandados. Además, dicha demanda crece de forma exponencial, lo que acaba generando que haya más puestos de trabajo que personas con las habilidades adecuadas para cubrirlos.

La falta de habilidades para el mercado tecnológico

El ecosistema tecnológico conlleva un proceso de adaptación que avanza más lento que el crecimiento de la revolución digital, aunque no de igual forma para todos. Hay personas que, dedicándose al campo de las TIC, son capaces de responder a los cambios con una leve formación. Sin embargo, este tipo de talento, si bien está cada vez más demandado, es exclusivo en pocas personas, ya que hay carencias en la formación a la hora de capacitarnos para responder a la creciente demanda del mundo laboral en el sector tecnológico.

No estamos preparados, en la actualidad, para responder a la misma velocidad que se solicitan los puestos laborales del sector tecnológico, lo cual está creando la famosa «brecha tecnológica», incluso en las nuevas generaciones.

De hecho, en España, es más del 30 % el número de graduados que no consigue incorporarse a un puesto de trabajo en un período de cuatro años desde que se gradúa, mientras que en el ámbito tecnológico se calcula que cada año quedan más de 80 000 vacantes.

Los puestos más difíciles de cubrir

Los puestos más complicados de cubrir, según los expertos de Recursos Humanos (RRHH), son los tecnológicos. Una de las principales críticas recae sobre el modelo universitario.

En el sector tecnológico, hay una tasa de abandono de aproximadamente un 40 %, y una de las principales razones que se aportan es la falta de motivación al no haber un enfoque práctico real, lo cual, a su vez, es lo que solicitan expresamente las empresas que sacan al mercado dichas vacantes tecnológicas.

La digitalización de nuestro contexto

El problema de la falta de la cobertura de vacantes en el sector tecnológico no se está produciendo tan solo en puestos exclusivamente digitales.

En realidad, todo nuestro contexto está sufriendo un gran cambio. Cada vez se hace más evidente la necesidad de adquirir habilidades tecnológicas, aunque estas puedan ser a un nivel más o menos superficial dependiendo del trabajo que se vaya a desempeñar, lo cual no es suficiente para que, en mayor o menor medida, sea necesario implantar la formación tecnológica en prácticamente todos los estudios.

Las competencias tecnológicas se están comenzando a solicitar en todos los sectores y empiezan a ser fundamentales. Es cierto que los puestos de trabajos en otros ámbitos tienen menos ofertas que en el propiamente tecnológico, por lo que generalmente esas plazas se cubren sin mayor problema. No obstante, sí es importante destacar el cambio que se está generando: la tecnología lo está abarcando prácticamente todo para hacer más evidente esa «brecha tecnológica» y la creciente necesidad de formación, ya sea en mayor o menor medida.

Falta de comunicación entre empresas y formación

No ocurre lo mismo, tal y como veníamos diciendo, en los puestos propiamente digitales, como los de ingeniería robótica, analistas de datos, ciberseguridad, programadores, etc. La mayor parte de las veces, en este caso, la brecha se produce por dos razones principales. La primera es que hay menos graduados en este campo que número de ofertas de trabajo, tal y como ya hemos señalado.

Sin embargo, otra importante razón es que en ocasiones ni siquiera los graduados en algún campo tecnológico tienen las habilidades requeridas por la falta de comunicación entre los requisitos generales que suelen imponer las empresas y la formación universitaria efectiva que se lleva a cabo.

Además, también existe una falta de conexión entre los programas que se ofertan en las diferentes universidades, tanto españolas como europeas, lo que genera que haya más personas mejores preparadas en algunos lugares específicos que en otros. Dejando a un lado esta desigualdad, aun con las diferencias de contenidos, no termina de haber un programa formativo 100 % adaptado a lo que solicita el mercado tecnológico.

Formación

Por tanto, una solución sería acercar la formación universitaria a un modelo algo más similar al que tenemos en la formación profesional española. Es decir, poner en contacto el mundo empresarial con la formación universitaria de manera mucho más directa, haciendo que las herramientas de capacitación sean mucho más prácticas que teóricas, actualizando el contenido que se imparte y realizando una gran reforma en el método didáctico, de modo que se adapte de forma real y no puramente teórica a lo que el mercado laboral necesita. Este estilo de enseñanza recibe el nombre de learning by doing, es decir, «aprender haciendo».

La brecha en el mercado tecnológico

En definitiva, las vacantes laborales en el ámbito de las nuevas tecnologías están generando una «brecha tecnológica». Llamamos así al desajuste existente entre la cantidad de puestos disponibles, que llegan a ser más de 700 000, y el de los talentos aptos para cubrir esas vacantes. El crecimiento va en aumento y sin freno, sin que la capacitación que aporta la formación lo haga a la misma velocidad.

Se trata, por tanto, en la actualidad, del único sector en el que se quedan puestos sin cubrir de forma incesante. Las razones que podemos encontrar son muy variadas, y no se limitan únicamente a la falta de habilidades en la formación, sino también a la carencia en las herramientas que se utilizan para dicha formación, ya sea universitaria o empresarial, así como en la falta de estrategia en la búsqueda de personal.

El mercado tecnológico tiene un evidente problema a la hora de encontrar talentos para cubrir sus vacantes. Lo cierto es que no estamos todavía preparados para el cambio que está generando esta nueva ola de revolución tecnológica, que está llegando a todos los sectores. La formación debe actualizarse, y se deben implantar herramientas más prácticas y efectivas, lo cual a su vez es un motor en la motivación de los alumnos.

Fuente imagen | pixabay